2 de marzo de 2013

PUERTAS DE LA CATEDRAL, 2/3

...3.- PUERTA DE SAN MIGUEL O DEL NACIMIENTO


Se encuentra frente al antiguo colegio de San Miguel, del que toma su nombre, fue el primer colegio de carácter universitario fundado por Alfonso X el Sabio y cerca del arquillo del mismo nombre que existió hasta el año 1762. Esta puerta se proyectó cómo el lugar de entrada para quienes llegaban a través de la antigua Puerta de San Miguel o del Almirantazgo, así como la Puerta del Bautismo potenciaría la llegada de los fieles y su acceso a la capilla del mismo nombre, la puerta principal se reservaría para las visitas protocolarias y entradas solemnes de los obispos,

La escena del tímpano es el nacimiento de Jesús pero hay algunos detalles que nos llaman poderosamente la atención. La mula y el buey aparecen pero en un pequeño establo y se puede observar que pudiera haberse puesto con posterioridad, ya que se encuentran lejos de la escena del Niño en su pesebre por lo que poco calor podían darle, como dicen las sagradas Escrituras. Vemos en esa escena un tercer personaje, una pastorcilla sonriente junto a José y María. Aparece a la espalda de José y procede como de un pueblo que se ve entre José y este personaje, es posible que quisiera recrear la ciudad de Belén. 
La iconografía de la puerta se centra en torno a los inicios del Nuevo Testamento escrito por los cuatro evangelistas, y además alude al origen de la Iglesia hispánica, que aquí queda representado por el obispo San Laureano y el mártir San Hermenegildo. Fue construida en el siglo XV y se encuentra decorada con esculturas de terracota entre las que destacan las de San Laureano, San Hermenegildo y los cuatro evangelistas, todos ellos obra de Pedro Millán.

La estudiada ubicación de estas figuras junto a la puerta denota la afinidad de los evangelistas San Juan y San Lucas con la Virgen y deja en un puesto más alejado a los santos hispánicos, para mostrar los orígenes del cristianismo en la península enlazando además con el planteamiento iconográfico de la portada del Bautismo.

La importancia del tema a tratar y su realización material motivaron tiempos distintos en los encargos realizados a distintos escultores desde mediados del siglo XV hasta principios del XVI, no bien reflejados en la documentación conservada. La parte escultórica más antigua corresponde a los altorrelieves en piedra que rodean el tímpano, realizado a mitad del siglo XV al tiempo de la decoración arquitectónica hecha por los entalladores. Las pocas posibilidades plásticas de la piedra condicionaron los materiales escultóricos de las portadas por lo que, sin modificarse el programa iniciado, sus figuras y relieves se hicieron en barro cocido.

Su diseño, la iconografía y ejecución, junto con la del Bautismo, forman un programa unitario y, aunque hecha en diversas etapas por varios artífices, forma un conjunto muy notable dentro de la escultura gótica en barro cocido.

La autoría de estas imágenes no está documentada, por lo que los estudiosos sobre ellos apuntan a distintos autores. Se ha creído ver en ellas la mano de Lope Marín y también la de Pedro Millán, pero desde que el profesor Manuel Gómez Moreno en 1911 demostró el carácter flamenco de estas figuras, relacionándolas con el del sepulcro del Cardenal Cervantes que hiciera para esta catedral Lorenzo Mercadante de Bretaña, todos los historiadores posteriores han refrendado su atribución a favor de este escultor.


Esta puerta fue la primera en labrarse, junto con la del Bautismo, se sabe que la catedral comenzó a construirse en el año 1403 por esta fachada situada a los pies de las naves del templo, en el mismo año en que se empezó a demoler la vieja mezquita almohade, ya cristianizada y con muchas modificaciones interiores, que hacía las veces de catedral desde 1248, año en que Fernando III reconquistó la ciudad.

Los preparativos necesarios para llevar a cabo tal empresa y la falta de datos ciertos sobre importantes obras de cantería en las primeras décadas del siglo XV hacen pensar que el grueso de la obra gótica debió acometerse sistemáticamente cuando el monarca Juan II accedió a las peticiones del Cabildo y cedió su Capilla de los Reyes para «alzarse e fazerse mayor», el 10 de febrero de 1433.

Para dichos preparativos debieron buscar un maestro de reconocido prestigio, y quizás por eso llegó a la ciudad el maestro Ysambarte, de origen flamenco, que ya había trabajado en las catedrales de Lérida, Zaragoza o Palencia. Su presencia en Sevilla está documentada desde 1433, y su trabajo pudo estar asociado a la elección de materiales o los trazados iniciales del templo. Se cree que también pudo atraer a un colaborador suyo, Charles Galtier, conocido como maestro Carlín, llegado a la ciudad a finales de 1434 y que dirigió las obras desde mayo de 1435 hasta agosto de 1447. Desde entonces la catedral gótica comenzó a mostrar sus primeros avances, con la construcción de la fachada de poniente y las dos portadas citadas, la del Bautismo y la del Nacimiento.

4.- PUERTA DE SAN CRISTÓBAL O DEL PRÍNCIPE

Data de 1887 hasta que en 1895 se culmina, de estilo neogótico, es la que coincide con el brazo sur del crucero, frente al lateral del archivo de Indias, en la calle Fray Ceferino. Aunque iniciada y parcialmente decorada en los inicios de la Edad Moderna, las obras que nos han dado el resultado actual se iniciaron con un proyecto del arquitecto navarro Adolfo Fernández Casanova, cuya maqueta de escayola ya estaba hecha en 1885, pero las obras no se empezaron hasta el día 17 de enero de 1887, quien se ciño en su traza al estilo gótico del resto del templo. Flanquean esta portada dos grandes apilastrados del siglo XVI y terminada en 1917, aunque su primer diseño fue realizado por el arquitecto Demetrio de los Ríos en 1866.

La construcción se hizo con una piedra muy blanca procedente de unas canteras de Monóvar (Alicante), hecho que no respetó las previsiones del proyecto al detalle. Las obras se terminaron hacia 1901 quedando con una solitaria escultura, que copia a una de las imágenes de las portadas antiguas. Los flancos que posee son de la segunda mitad del siglo XV, con una ampliación del siglo XVI, mientras el resto pertenece a los últimos años del siglo XIX y primeros del XX.

 Tras esta puerta se encuentra la Tumba de Cristóbal Colón obra de Arturo Mélida, situada en el brazo derecho del crucero, en ella reposan los restos del Almirante. La inscripción del pedestal dice así: «Cuando la isla de Cuba se emancipó de la Madre España, Sevilla obtuvo el depósito de los restos de Colón, y su ayuntamiento erigió este pedestal».









5.- PUERTA DE CAMPANILLAS


Llamada así porque en la época de su construcción era desde donde se tocaban las campanillas para llamar a los obreros. Las esculturas renacentistas, así como el relieve del tímpano que representa La entrada de Cristo a Jerusalén, fueron realizados por Miguel Perrin a principios del siglo XVI.

Puerta de Campanilla o entrada de Jesús en Jerusalén. Curiosa entrada de Jesús en Jerusalén si tenemos en cuenta que en lugar de por los doce apóstoles va acompañado por los cuatro evangelistas ¿o son los cuatro elementos alquímicos naturales -fuego, tierra, aire y agua-? También le acompaña una quinta figura sin identificar. ¿Será la escenificación del nuevo hombre transformado por obra de la alquimia? ¿Será ésta la Quintaesencia tan ansiada por los alquimistas?

Veamos más detalles del tímpano. Jesús monta la burra y si nos fijamos en la pata delantera del equino, ésta forma una escuadra perfecta. Ahora nos fijamos en las riendas de la burra, veremos que lo que aparentemente son unas riendas forman un perfecto compás en manos del gran Maestro Jesús. El Gran Arquitecto parece disponer de los elementos indispensables para iniciar la Gran Obra: la escuadra y el compás. Además trae tras de sí los cuatro elementos naturales necesarios más la Quintaesencia Si nos fijamos bien, del propio compás sale un árbol, (vida) y en el árbol se adivina la figura de Zaqueo quien según los Evangelios se subió a un árbol precisamente para ver mejor el paso de Jesús. A su llegada a Jerusalén, nueve (9) personas lo reciben. Volvemos a encontrarnos con el fin de un ciclo, en esta ocasión, puede tratarse del ciclo mundano de Jesús en la tierra. Entra en Jerusalén, donde morirá crucificado.

Está situada entre la Capilla Real y el conjunto del cuadrante renacentista, en la cabecera de la calle de San Roque. La parte arquitectónica, es obra de Juan de Hoces y está fechada en 1481, mientras que la parte escultórica es del maestro Miguel Perrín. Antiguamente, la puerta estaba dedicada a San Mateo por la proximidad a la capilla de este evangelista, aunque su advocación actual es la de la “Entrada en Jerusalen”, pero se le denomina “de la Campanilla”, que era el nombre de un postigo ubicado cerca y que fue derribado a fines del siglo XVIII. El nombre lo recibía por una esquila, actualmente en la parroquia catedralicia de San Sebastián, que convocaba a los obreros de la fábrica. En la actualidad se accede por su atrio a la Capilla Real mientras está funcionando la visita cultural.

La puerta de Campanillas debe su nombre a la época de la construcción de la catedral, porque desde allí se tocaban las campanillas para llamar al trabajo a los obreros. Las imágenes renacentistas, así como el relieve del tímpano que representa la «Entrada de Cristo en Jerusalén», son obra de Miguel Florentín de principios del siglo XVI.

La Puerta de las Campanillas se sitúa entre la Capilla Real y la Sala de Ornamentos, en el muro de levante de la Catedral, y fue construída hacia 1480. Su imaginería se compone de la Entrada de Jesús en Jerusalén en el tímpano (cuyas medidas son 3,25 x 2,65 mts.), así como seis profetas en las jambas de la puerta y cuatro ángeles en la parte superior. Estas esculturas están fechadas entre 1522 y 1523 y se han atribuído a Lope Marín y a Miguel Florentín, aunque últimamente se está barajando la posibilidad de que fueran obras del francés Miguel Perrín.

En las jambas están las esculturas de seis profetas. Estas esculturas están fechadas entre 1522 y 1523 y se cree son de Lope Marín o el propio Miguel Florentín, aunque cabe la posibilidad de que fueran obras de Miguel Perrín.

Continuará...


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