También
llamado de Doña María de Padilla, mujer que ejercía una gran influencia en el
Rey Don Pedro y por ser al parecer el lugar en el que pernoctaba toma su nombre, accedemos a
este espacio a través de la galería dieciochesca, todo este conjunto se vió
afectado por el terremoto de Lisboa en 1755 por lo cual lo que vemos es el
resultado de las obras del siglo XVIII. Todo este complejo se asienta sobre lo
que en un principio era el núcleo principal del Alcázar “Dar al-Imara” en el
siglo X, ya en el XII los almohades reutilizan esos restos y construyen su
nuevo Palacio, pero una vez tomada la ciudad por las tropas cristianas, sería
Alfonso X el que reconstruyera ese Palacio almohade convirtiéndolo en el
Palacio Gótico, a la vez reorganiza el Patio. Aunque tras el terremoto se
transforma y se subdivide en cuatro cuarteles, creando pasillos que llevarían a
los salones góticos, hoy presenta la primitiva estructura, dos niveles en los
que el nivel superior se apoya en el inferior a unos cinco metros de
profundidad por medio de bóvedas en el que existía una alberca con plantas
aromáticas que serían los denominados Baños de Doña María de Padilla.
PALACIO GÓTICO
Está
compuesto por dos salas paralelas, la Sala de Tapices y la Sala de los Jardines
y otras dos en perpendicular en los extremos, la Sala de las Fiestas y la
Capilla, Se cubría con bóvedas de nervaduras apeadas en pilares en el interior
y en el exterior se presentan contrafuertes como torres almenadas ocupando los
cuatro ángulos torres mas mayores con escaleras de caracol en su interior. A la
austeridad del gótico se le añaden posteriormente elementos renacentistas cómo
zócalos de azulejos en el siglo XVI, rindiendo el homenaje debido a los
Emperadores, se sustituyen los pilares por ménsulas manieristas y se pintan las
bóvedas de sus salas centrales, además se les añaden rejas de magnifica factura
a las ventanas. En el Salón de Tapices, que es el primero que vemos al traspasar
la puerta principal del Palacio, reconstruida de nueva planta después del
terremoto. Se trata de un salón decorado con grandes tapices de una serie de
doce que representan la conquista de Túnez en 1.535 por el emperador Carlos V,
siendo la mas importante gesta de éste, al proclamar su victoria ante los que
durante tantos años nos sometieron, para poder plasmar todo lo que aconteció,
se llevó a Juan Vernay, pintor reconocido en la Corte, para que tomara buena
nota de cada momento, una vez terminada la contienda el Emperador presentó esos
apuntes a su hermana Doña María de Hungría, que en lugar de llevarlos a un
lienzo decide plasmarlo en una serie de doce tapices, para lo cual realiza el
encargo al mejor tejedor, Guillermo de Pannemaker. Los tapices fueron tejidos
en Flandes y constituyen una de las mejores colecciones del mundo.
En la Capilla el retablo es del siglo XVIII y
representa a la Virgen de la Antigua, de sus paredes cuelgan distintos cuadros
de temática religiosa de los siglos XVII y XVIII.
La
siguiente sala opuesta a la capilla es la Sala de las Fiestas, recibe este
nombre al ser el lugar en el probablemente se celebraran los banquetes de las
bodas de la realeza. Últimamente se han realzado las yeserías de sus bóvedas,
las solerías y los zócalos.
JARDÍN DEL ESTANQUE Y FUENTE DE MERCURIO
Este
jardín es el primero que nos encontramos tras salir de los Salones de Carlos V,
su utilidad desde un principio era muy valorada ya que de su estanque cuadrado
se regaban las huertas musulmanas existentes en el recinto palaciego. Es un
espacio perfectamente estudiado y organizado, pegado a ese estanque nos
encontramos con un cenador tras dos arcos de medio punto soportados por una
columna medial de mármol, por encima de éste se accede a la Galería de
Grutescos que cubre la antigua cerca almohade, esta Galería, obra realizada en
el primer cuarto del siglo XVII por Vermondo Resta y se prolonga a todo lo
largo del jardín por su flanco oriental, El estanque cuenta en su centro con
una fuente de bronce que representa a Mercurio sobre un elegante pedestal,
decorado y labrado por Diego Pesquera al igual que el conjunto de adornos de
las barandas, cuatro leones con escudos en los ángulos y dieciocho bolas con
remate piramidal en todo el perímetro de esa baranda, inicialmente estos
adornos eran dorados, aún se pueden ver pequeños restos. Se completa el jardín
con bancos de fábrica cubiertos de azulejos, separándolo del Jardín de las
Damas.
Es un
espacio rectangular con mucho encanto. Se pueden distinguir tres divisiones,
una en alto con dos columnas de mármol que la presiden y abundante vegetación,
que le confieren esa umbría que te aporta esa sensación de tranquilidad y frescor ante los
rigores de las temperaturas. Pasamos a otro espacio al que se accede por unas
gradas y nos lleva a una pequeña fuente de azulejos del siglo XVI y a unos
bancos de fábrica y forrados de una bonita azulejería. A la derecha aparece un
arco protegido con una reja que conduce al jardín subterráneo del Crucero y por
la izquierda vemos el acceso al Jardín de las Damas, En este espacio central
surge el agua a través de unos orificios de sus solería de ladrillo. Desde aquí
pasamos al tercer espacio por la verja que cierra un arco.
Se
trata de una sala subterránea, situada bajo el Salón del Techo de Carlos I y el
Patio del Crucero del Palacio Gótico. Es una estancia dotada de bóvedas de
crucero y en sus muros aparecen pinturas al fresco de estilo renacentista. En
el centro de la sala se encuentra el estanque rectangular que servía para el
baño, se supone que en su momento flotarían plantas aromáticas. El corredor por
el que se accede cuenta con una serie de cuartos a ambos lados, puede que en su
momento se utilizaran como almacén ya en este subterráneo se respira una
temperatura sensiblemente menor que en el exterior o en el propio palacio.
Su
estructura es rectangular de medianas dimensiones, alrededor de cuatro mil
metros cuadrados en los que abundan los setos que subdividen los espacios con
el fin de poder colocar los ornamentos necesarios para el disfrute bucólico,
como son las fuentes, destacando la de Neptuno por su belleza o la del órgano
que es uno de los elementos más destacados de este Jardín, fue diseñada por el
Vermondo Resta. Su funcionamiento se basa en un artilugio que provoca una
melodía distinta, dependiendo de la presión al pasar el agua. Este tipo de
fuentes se empezaron a fabricar en Italia en 1567. La fuente ofrece fragmentos
musicales populares y religiosos del siglo XVII. Una de las dos melodías que
suenan en la instalación está dedicada a la Inmaculada Concepción. La otra se
denomina Glosa al canto llano y es de carácter popular. Esta fuente está
adosada a la Galería de Grutescos.
Su
origen data del siglo XVII, está estructurado en torno a un estanque poligonal
en cuyo centro se alza un montículo en forma de gruta, copia del Monte Parnaso,
rodeado de los restos que quedan de figuras representando a Apolo y sus musas,
todo ello coronado por Pegaso. Abundan los setos de tuyas y cipreses formando
lo que da nombre al jardín.
Diseñado
a principios del siglo XX por orden de la reina Victoria Eugenia, ocupa parte
de la antigua Huerta de la Alcoba. Es un jardín con grandes praderas de césped,
separadas por veredas serpenteantes de albero, donde crecen numerosas especies
arbóreas. Recientes excavaciones han determinado que este jardín se asienta
sobre los restos de antiguas viviendas almohades, encontrándose también con
restos de una edificación visigótica. La muralla que lo delimita linda con la
parte trasera de las viviendas de calle San Fernando. Siguiendo esta muralla,
adornada con algunas fuentes y numerosas columnas con bases y capiteles,
llegamos a la esquina en que se une al muro que separa estos jardines del Paseo
de Catalina de Ribera.
Este
jardín es relativamente moderno ya que se construye en 1913, sus setos están
compuestos por tuyas, mirtos y cipreses, podados con tal maestría que forman un
laberinto muy atractivo para la vista.
Lo
espectacular de este espacio es el pabellón cuadrangular manierista del
Emperador, todo el revestido, tanto el interior como el exterior, de azulejos
traídos de Triana y yeserías mudéjares en el exterior y de estilo plateresco en
su interior.
Tras
este pabellón nos encontramos con el estanque rectangular presidido en el lado
opuesto por un león que está en una pequeña construcción bajo un arco de medio
punto y alrededor pequeñas hornacinas, se trataría de una capilla en su idea
original, ya que todos los ornamentos así lo indican, no sólo la entrada con
ese arco, sino la cúpula semiesférica, el frontón, las pilastras, etc. Todo
este entorno, invita al descanso y la contemplación. En uno de los flancos se
alza la Puerta del Privilegio en la Galería de Grutescos.
JARDÍN DE LOS POETAS
Este
Jardín es relativamente nuevo, se encuentra presidido por dos albercas y una
fuente central, Observamos una combinación de parterres irregulares y glorietas
con estanques o fuentes. Hay un predominio de setos, naranjos y palmeras que
forman tres niveles de vegetación, Es de un estilo romántico, con glorietas y
fuentes.
Se
trazó siendo conservador del Alcázar el Marqués de la Vega Inclán por parte del
arquitecto José Gómez Millán, a principios del siglo XX. Es de clara influencia
hispano-árabe y francesa, está diseñado en forma de tablero de ajedrez, con
parterres cuadrados separados por calles ortogonales. Fuentes, jarrones, bancos
forrados de azulejos de los alfareros de Triana y una pérgola, y toda una
hilera de columnas diferentes entre sí decoran todo su recorrido.
La
magnífica portada de estilo gótico final que hoy podemos contemplar en los
jardines del Alcázar procede de Marchena, concretamente del palacio Ducal cuya
Plaza de Armas es hoy la Plaza Ducal de esa localidad. Allí estuvo ubicado el
palacio de los Duques de Arcos que posteriormente pasó a propiedad del Ducado
de Osuna a partir del S. XVII. La obra pertenece a la época de los Reyes
Católicos, siendo un ejemplar interesante de dicho estilo con decoración gótica
y elementos renacentistas abundando los motivos heráldicos. Se puede fechar
sobre el año 1492. La portada permitía el acceso a un patio apeadero, sufrió
una modificación en la década de los años 1540 añadiéndose la reja de la parte
superior y las figuras de indios portando escudos con armas heráldicas
señalando el nuevo linaje propietario del señorío.
La
portada sigue en su composición las estructuras típicas del mudéjar civil
caracterizado por líneas verticales que enmarcan la portada, vano adintelado
para el acceso, aparición de alfiz, decoración profusa propia del estilo y
remates en cornisa que sigue las plantas de los retablos góticos de batea. Se
estructura con pináculos laterales y dos figuras de indios en las jambas que
sostienen sendos escudos heráldicos con las armas de los Ponce de León el de la
izquierda y de los Figueroa y Fernández de Córdoba el de la derecha. La puerta,
sobre la que aparece un león, es adintelada y se remata con un arco conopial
sobre el que se coloca un antepecho calado. De nuevo aparecen en la parte
superior motivos heráldicos, el águila y el león en el remate de loa pináculos,
“símbolos que aluden a los ideales de la institución señorial: poder terrenal y
altura espiritual”. También aparecen de nuevo escudos heráldicos que llevan las
armas de los Ponce de León y del linaje de los Pacheco.
Tras
pasar la Puerta de Marchena nos encontramos con un jardín de paso en el que vemos una hornacina que
cobija una Cruz y un conjunto de setos poligonales en los que crecen palmeras y
en el pasillo nos encontramos con una serie de jarrones de cerámica fina de
Triana que nos lleva a una portada magníficamente decorada que nos permite pasa
al jardín de la Alcubilla .
JARDÍN DE LA ALCUBILLA
JARDÍN DE LA ALCUBILLA
Tiene
forma rectangular y cuenta en cada extremo con una galería, está limitado por
pasillos enlosados que confluyen en una fuente, lo que da lugar a cuatro zonas
tipo parterres en los que abundan tanto las flores como los naranjos y
limoneros. La fuente central de mármol procede del desgraciadamente derruido
Palacio de Sánchez Dalp. En las galerías vemos arcos de medio punto sostenidos
por columnas de mármol y en la contraria en pilares de ladrillo.
PATIO DEL SOL
Es de
reducidas dimensiones pero de gran belleza, las yeserías que cubren su arquería
del siglo XIV, se hayan cubiertas por una capa ocre que las protege. Tiene la
singularidad de contar con dos galerías paralelas, la almohade con cuatro arcos
sustentados en pilares de ladrillo y la exterior con dos arcos de medio punto
sustentados en columnas de mármol, al fondo y adosada al muro aparece una
fuente como único ornamento.
APEADERO
Fue
diseñado por Vermondo Resta en 1609. Tiene planta del tipo basilical, una
central y otras a ambos lados, todas de la misma altura, separadas por pares de
columnas toscanas que sostienen arcos de medio punto, tienen su correspondencia
en las pilastras murales que sostienen a su vez a otros arcos semihundidos en
los muros y un techo totalmente de madera de bella factura. En el fondo del
Apeadero hay un retablo barroco donde se representa a la Virgen María
presentándose en el Templo del siglo XVII y está fabricado en madera dorada y
policromada. Es el lugar destinado a la entrada y salida de carruajes del
conjunto palaciego, es por ello que su aspecto sea suntuoso como antesala de lo
que aparece al traspasarlo. La portada que acoge la puerta es de estilo
manierista, también de Vermondo Resta. En el frontón aparece una lápida con la
siguiente inscripción “Reynando en España Phelipe Terzero se edificó esta obra
año de MDCVII reparose ampliose y aplicose a Real armeria Reynando Felipe V año
de MDCCXXIX”. En el remate de la fachada aparece una corona de cerrajería de
grandes dimensiones y por debajo de ésta el escudo de armas en cerámica de
Felipe V. Actualmente es la puerta de salida de los visitantes hacia el Patio
de Banderas.
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