Como en las salas anteriores aún quedan obras expuestas por ver, pero para no cansar
continuamos con la siguiente sala, la Sala
XII, está dedicada a la pintura del siglo XIX, en el que la
pintura sevillana, vive uno de sus momentos más fecundos dentro del panorama
artístico español. Se abre el periodo romántico coincidiendo con una cierta
revitalización económica, lo que supone una mayor demanda de pedidos por parte
de la burguesía. Antonio María Esquivel es uno de los mas relevantes de este
periodo, de él es (((*))) el Retrato del niño Carlos Pomar Margrand,
realizado en 1851, de este artista el museo conserva un buen número de obras de
arte, principalmente retratos, o también este otro, en el que vemos a José y la
mujer de Putifar, ambos son producto de la donación de una colección particular
en 1944, en ambos podemos observar el detallismo que impuso Murillo.
De otros artistas
podemos admirar cómo de Manuel Cabral Bejarano, su (((*))) Baile de Salón y el Baile en
una Caseta de Feria, ambos depositados en la pinacoteca por la Asociación Amigos
del Museo, con estas obras nos introducimos en un nuevo género, en este caso el
costumbrismo.
Otro de los artistas relevantes de este género es Valeriano
Domínguez Bécquer, con el (((*))) Retrato de su hermano Gustavo Adolfo,
pintado en 1862 y cuatro años mas tarde realizó este otro en el que plasma el
interior de una casa de Aragón.
Desde aquí nos vamos a la Sala XIII, en la que se encuentra una colección de obras de artistas del resto de España, como Ignacio Zuloaga o Joaquín Sorolla y otros de nuestra región cómo José
Rodríguez Acosta y su (((*))) Gitanos del Sacromonte, una obra que tuvo
su reconocimiento con la primera medalla de oro en la Exposición Nacional
de 1908 y en el que plasma con un gran realismo, la escena en el interior de
una cueva del Sacromonte.
De él es (((*))) el retrato de María Roy, su esposa, pintado en 1890, a la que vemos luciendo un vestido de fiesta y reclinada en un sillón o el de su hermana Flora Bilbao de 1914, mucho mas austera, luciendo la mantilla, en el primero se ve una cierta influencia modernista, en cambio en el de su hermana vemos una cierta evolución sobretodo en la indumentaria, en los fondos o los complementos.
Otros artistas de
la época que destacan también, son, Jiménez Aranda, espléndido dibujante, o
Villegas Cordero, excelente pintor y del que el museo conserva una interesante
colección de su obra, cómo (((*))) La muerte del Maestro, realizado hacia
1884, este cuadro supone la culminación de una serie dedicada al tema taurino.
Se observa una escena llena de un gran dramatismo, en la que vemos cómo los
miembros de la cuadrilla nos muestran la conmoción que les ha supuesto la
muerte del maestro. La técnica empleada es muy depurada y detallista, logrando
una perfecta armonía en el conjunto y muy buen efecto lumínico. El origen de
este cuadro es la cogida que sufrió en 1880 el torero Bocanegra, en una corrida
de toros en la Real
Maestranza, el pintor, que estaba presente en la plaza,
acudió de inmediato a la enfermería con cierta desazón, lo que provocó que cuatro
años mas tarde lo plasmara en el lienzo.
Y llegados a este
punto, nos adentramos en el siglo XX, siglo en el que vería recompensada su
dedicación a la pintura costumbrista y regionalista, Gonzalo Bilbao, con su
lienzo (((*)))
Las Cigarreras, hecho realidad en 1915, quizás esté inspirado en las Hilanderas
de Velázquez, plasma perfectamente el ambiente laboral dentro de la Fábrica de tabacos, vemos una
escena cotidiana y la relajación de una de las trabajadoras para amamantar a su
hijo, lo que provoca en sus compañeras de trabajo mas cercanas, la atención
emotiva ante tal hecho, mientras las restantes continúan con su labor en la
manufactura del tabaco. El cuadro cuenta con una perfecta y bien aplicada
perspectiva y unos magníficos efectos de luz, logrando una de sus más acertadas
composiciones.
De este artista
también podemos ver (((*))) el retrato de Alfonso XIII, que realizó en
1929, en el que vemos al Rey luciendo el uniforme de Maestrante.
Otro artista
andaluz que podemos admirar, es el onubense Daniel Vázquez Díaz, autor de (((*)))
La cuadrilla de Juan Centeno, pintado en 1953, en el que vemos que no trata de
presentarnos a una figura consagrada del toreo, sino a un modesto novillero,
Juan Centeno Ortiz, alicantino, vestido de grana y negro, con una actitud un
tanto desafiante y flanqueado por los miembros de su cuadrilla con una mirada
que denota cierta preocupación, como corresponde al momento anterior a la
corrida. Es un artista que como vemos tiene muchos rasgos coincidentes con otro
pintor al que admira, como es Cézanne.
Y vista esta Sala,
nos adentramos en la última que nos queda, la Sala XIV, en ella veremos
la pintura sevillana en su tránsito al Siglo XX, en el que en su primera mitad
no evolucionó como lo hiciera la pintura internacional, sino que se mantuvo en
el costumbrismo, buena prueba de ello son los pintores Rico Cejudo, Andrés
Parladé o García Ramos. Sin embargo fue Gonzalo Bilbao la figura clave de la
escuela sevillana, por sus dotes para la composición, como vimos anteriormente
en Las Cigarreras, buen dibujante y sabiendo aplicar los efectos lumínicos.De él es (((*))) el retrato de María Roy, su esposa, pintado en 1890, a la que vemos luciendo un vestido de fiesta y reclinada en un sillón o el de su hermana Flora Bilbao de 1914, mucho mas austera, luciendo la mantilla, en el primero se ve una cierta influencia modernista, en cambio en el de su hermana vemos una cierta evolución sobretodo en la indumentaria, en los fondos o los complementos.
Otro de los cuadros
de este gran pintor es el titulado cómo (((*))) la Toilette, pintado en 1910 y procedente de una
donación particular al museo o la Casta
Susana de 1900 y donado en 1939 por la Viuda del pintor. En ambos se
deja notar la influencia vanguardista que imperaba en Roma y París, ciudades a
las que viajó.
Si Gonzalo Bilbao
es una figura indiscutible en el primer cuarto de siglo, no podemos olvidar a
otro gran artista de su tiempo, Gustavo Bacarisas y (((*))) Sevilla en fiestas, pintado
en 1915, en el que hace gala de la riqueza cromática de su estilo modernista.
Este es un cuadro donado al museo por el comercio sevillano en 1939. Bacarisas
es una de las figuras más destacadas dentro del panorama de la pintura sevillana
de la primera mitad del siglo XX. Dotado de un estilo muy personal de claras
influencias modernistas e impresionistas. Tenía predilección por los cuadros de
ambiente nocturno, dotándolos de esa luz perfectamente dirigida hacia lo que
realmente nos quiere enseñar, que no es otra cosa que el ambiente festivo de la
Feria. Esta obra probablemente la mejor versión moderna, la más universal, de
la feria sevillana y en definitiva un canto a la belleza y la gracia de la
mujer andaluza. Otro pintor
extraordinario es el mencionado anteriormente, José García Ramos y (((*))) el niño del violín, pintado hacia el 1900,
pertenecía a la colección privada de Alfonso Grosso y donado al museo por él
mismo en 1945. Es el retrato de la picaresca, tema tradicional de la escuela
sevillana en el Siglo de Oro. El artista plasma perfectamente la expresividad
del niño acompañado por un perro callejero, el zurrón colgado de su hombro y el
violín entre sus brazos, acentúan la melancolía y el realismo de la obra.
También podemos admirar
de este artista (((*)))
Malvaloca, procedente de la colección de los hermanos Álvarez Quintero,
representa una escena típica del costumbrismo, en la que vemos a una mujer
sentada en una silla de enea en un jardín y rodeada de macetas, una escena cotidiana
y trivial en primavera.
Una característica común a toda su obra es su excelente
dibujo, con el que consigue dar a sus personajes una gran vitalidad expresiva.
Buena prueba de ello, son estos otros dos cuadros (((*))) el Baile por Bulerías, de
1884 y Hasta verte Cristo mío de 1895, ambos representan fielmente escenas del
costumbrismo mas puro, con cierta gracia difícilmente superable, como vemos en
estas dos composiciones.
Discípulo de éste y
de Gonzalo Bilbao fue Alfonso Grosso, del que tenemos un magnífico cuadro (((*)))
El Monaguillo, un óleo pintado en 1920, en el que confluyen las dos temáticas
que le definen, la costumbrista por el propio personaje jovial que lo encarna y
la religiosa por el papel que el protagonista juega en la Iglesia. Nos presenta la
indumentaria litúrgica, propia de los monaguillos, muy detallada y el rostro
amable y simpático del joven.
Alfonso Grosso fue
nombrado Director de este Museo de Bellas Artes en 1942, su copiosa obra está
estimada en unos dos mil cuadros, lo que demuestra que gozaba de un gran éxito
comercial, además era académico de la
Real de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría y Catedrático
de la Escuela
de Bellas Artes. Una persona de gran cultura y fecunda trayectoria.
Por último veremos esta
tarde el cuadro de (((*))) Los Patronos del museo, pintado en 1951, y
en el que vemos a Alfonso Grosso reflejado en el espejo mientras está pintando
el cuadro. Este lienzo lo podemos ver en la Sala
XI, lo traigo aquí, por ser esta la sala dedicada a la
pintura sevillana en el tránsito al siglo XX, y creo que es la indicada para este
artista, uno de los más importantes pintores de la escuela sevillana del Siglo
XX. Cómo anécdota, su hija Carmen Grosso García estuvo en el curso hasta hace
cuatro o cinco años.
Y con la visita de
esta Sala, (((*)))
se termina por el momento este paseo por el Museo, he de decir antes de
terminar, que en general nos tendríamos que sentir orgullosos por tener en
nuestra ciudad un museo de esta categoría, la segunda pinacoteca española y muy
reconocida internacionalmente y recordemos que en lo tocante a las bellas artes
contamos con la Catedral, que también atesora una gran cantidad de obras, tanto
pinturas como esculturas de un gran valor artístico.
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